Tinta

Hay personas que se van de tu vida y logran que te acuerdas del día, incluso de la hora, que decidieron irse. Suelen ser ese tipo de personas que llegaron impuntuales pero que marcaron una cruz en el calendario desde el primer instante. Las personas se van pero los recuerdos se quedan. Formando tatuajes de los momentos vividos, de las experiencias compartidas. Es lo que alguien deja en ti. Los más importantes son los que tienes en la espalda, porque están presentes siempre aunque no los puedas ver. Créeme, vamos a acabar tintados, aunque no queramos, por todas esas cómplices miradas, besos robados, silencios que han hecho más por comprender que cualquier libro de gramática. Es la magia de la tinta invisible que dibujamos y nos dibuja la que nos recuerda lo que no queremos olvidar. Mírate la espalda, seguro que hay el primer corazón pintado, ese cuchillo que aún escuece y todas esas maravillosas mariposas que formaron la mejor de tus sonrisas. Y ahora mírate las manos. Es el lápiz con el que marcarás a las personas que más quieres. De ti depende el lugar, y lo que quieras dibujar. Tienes la oportunidad de convertir en tinta lo que quieres ser con quien quieras estar. Y no sufras si crees que llegas tarde, las mejores personas son las que llegan tan imputales que hay que poner todos los relojes a(tu)hora.